Uno de noviembre. 1989.
Mi nombre es Scarlett Weifht. La semana pasada fue mi cumpleaños y lo celebré en el jardín trasero de la casa de Brooklyn. Llevaba años esperando que mi cumpleaños se celebrara allí, porque, antes de que el sol desaparezca, puedo sentarme con Theo detrás de la verja a arrancar los tréboles que crecen justo en la entrada. También nos encanta sentarnos y hablar los viernes por la tarde o los sábados por las mañanas sobre el señor tan elegante que cada viernes protege a su maletín entre sus brazos y que, cuando alcanza el puente, escupe hacia el río. Los sábados le vemos subir aprisa, porque siempre sale con el tiempo pegado en las suelas de los zapatos. Y antes de llegar a la estación, en el puesto que hace esquina al final, coquetea con una rubia muy maquillada, con un vestido tan ceñido que hasta la cuesta pestañear. Es ahí cuando le perdemos de vista. Sólo podemos verle escupir al río o ver cómo una mañana más pierde el tren los viernes y los sábados, porque mis padres odian los atardeceres del resto de la semana y porque, por las mañanas, a la hora que el señor corre con toda su alma para coger el tren, yo ya estoy frente a la pizarra, adormilada y sin entender nada de lo que Sophie, mi profesora, intenta explicarme a las nueve menos cinco de la mañana. Y, además, mi casa de verdad está New Jersey.
Cumplo años el veintisiete de octubre, y en el veintisiete de este año me regalaron el cuaderno en el que ahora escribo, en el que cumplí diez años y en el que decidí ponerme a escribir algo parecido a un diario. Mi madre dice que eso es una estupidez. Mi padre dice que es una cosas de niñas que no tienen nada que hacer, pero yo no creo nada de eso. Me da miedo que las pesadillas duren más de lo que suelen durar y que no pueda despertar. O que mi peor pesadilla se haga realidad. Olvidar a montar en bicicleta, olvidar las letras del abecedario, olvidar a mis padres, olvidar que existen los libros y, sobre todo, olvidar a Theo. Por eso decidí escribirlo todo y me prometí leerlo todos los días, antes de apagar la luz de la mesilla. Además, es un diario diferente. No tiene llave y está sobre la mesa donde estudio. No me da vergüenza que lo lean. Si lo leen entenderán por qué escribo un diario.
Quiero empezar poquito a poco. Primero escribiendo quién soy, qué me gusta y cosas de ese estilo. Me pareció mal cuando la idea se me vino a la cabeza, porque los diarios suelen contar los buenos o los malos momentos de las personas en su día a día. Pero es algo tan especial que no quiero rellenarlo con las aburridísimas clases de Sophie o las también aburridísimas charlas de las comidas, en las nunca nunca me entero de lo que hablan.
Me llamo Scarlett Weifht. Tengo diez años recién cumplidos. Mi pelo es marroncito, con rizos y lo quiero más largo que ahora, pero mi madre no me deja. Mi sabor favorito de helado es la vainilla y me gusta desayunar leche muy fría. Mi libro favorito es 'Un árbol crece en Brooklyn' y mi personaje favorito es Francie Nolan. Mi madre y mi tía dicen que soy igualita que ella. No es un cuento como Hansel y Gretel, sino un libro con muchas páginas, sin dibujos, con palabras difíciles y con una foto de la señora que lo escribió en una de las solapas del libro. Un libro de mayores que Theo le cogió a su madrastra. A veces lo leíamos juntos en la repisa de la ventana de Brooklyn. Por eso Brooklyn es mi lugar favorito en el mundo. Me gusta mucho ver cómo mi madre se recoge el pelo frente al tocador todas las mañanas cuando la tengo que esperar para que me lleve al colegio. El color de su pintalabios es precioso. Mis asignaturas favoritas son música, lectura y lengua. Pero las matemáticas y las ciencias se me dan muy bien. Todas se me dan muy bien. Mis padres se contentan mucho con mis notas. El colegio también, me premiaron el curso pasado a la alumna con mejores calificaciones. A mi madre le gustan mucho mis cuentos y a mi padre le encantan mis dibujos. Siempre me dice que fue pintor. Mi mejor amigo es Theo. Él tiene once años y también es muy listo. Es pecoso, tiene los ojos verdes y el pelo más oscuro que el mío. No se ríe mucho, sólo sonríe y mira a su alrededor. Me cuenta muchas cosas sobre los 'asuntos' de los mayores. Lo que hacen, sus charlas y cómo saber cuando mienten. Le encantan las estrellas y la Luna, el helado de chocolate y quiere ser cocinero de tartas. Es el mejor encontrando tréboles de cuatro hojas. Cuando lo hace me los regala para que me den buena suerte. Él vive todo el año en Brooklyn y no le gusta nada. Su lugar favorito en el mundo es Montreal. Viaja cada verano con su madre, que vive con otro hombre en Quebec. Y hablan también francés. A Theo no le gusta el francés. Mi padre dice que de mayores seremos novios, pero que espere a que crezca. Odio esas bromas porque Theo me cuenta tantas cosas nuevas y me hace tan feliz que me da miedo que, al estar pegados desde por la mañana hasta por la noche, se canse de mí y deje de contarme historias, deje de regalarme tréboles y que deje venir a mis cumpleaños. Quiero escribir esto durante mucho tiempo para regalárselo a él cuando él trabaje en un restaurante de postres. Enviárselo desde mi despacho de cuentos en pleno Brooklyn. Quedar, como hace mi padre con un montón de gente, en una cafetería, mirarlo juntos y reirnos de lo que ahora escribo.
Y es ahora, encima de mi colcha, cuando se me ocurre el principio de lo que esciribiré mañana. Escribiré sobre Theo. Por qué es mi mejor amigo, por qué no quiero que me olvide y por qué no quiero olvidarle. Iba ha hacerlo hoy, en cuanto he empezado a hablar de él, pero la Luna está alumbrando demasiado mi habitación. Debe de ser muy tarde. Además estoy empezando a bostezar.
Scarlett.
Me encanta^^
ResponderEliminarEs una historia de lo más dulce e interesante. Scarlett parece una buenísima chica, y Theo es genial (yo también quiero un amigo que me cuente historias todos los días)...
Tengo muchísimas ganas de leer más sobre esta peculiar vida e historia de Scarlett Weifht :D
D!SFRUTA!!
Me encanta, quiero saber más sobre Scarlett, es tan mona que dan ganas de achucharla.
ResponderEliminarMe ha hecho recordar cuando era pequeña :)
Espero que subas algo más sobre ellos
Un beso.
PD: Adoro la foto