(todo hubiese sido diferente si nos hubiera pasado, todo aquello, en la azotea más alta de cualquier ciudad)


viernes, 9 de noviembre de 2012

Puedes decirles mi nombre pero, por favor, no te olvides de mí.




Se desvanecerán los roces que colamos entre el otoño y el invierno, los besos, los impulsos, el enredar las piernas bajo las mesas. Apagaremos la hoguera, saltaremos un poco más lejos, nos soltaremos la mano, no me retirarás el pelo detrás de la oreja y tendré que contenerme y dejar de dibujarte cosas en la nuca, detrás de las orejas. Y yo lo que te pido es que no me olvides, que me cueles en tus conversaciones, que notes, que sientas que quizá en algún que otro extremo del mundo yo sigo respirando, latiendo, cayendo de fracaso en fracaso. Mantenme viva si algún día me rindo, si algún día decido darle la espalda a la vida.
Cuando ames, pero de verdad, cuando sonrías, pero de verdad, relátame, cuéntame, nárrame, recuérdame. Cuando te ahogues en carcajadas en una terraza cualquiera de Madrid entre amigos y cervezas, háblales de mí. Apenas unos segundos, da igual. Háblales de mi escritor favorito, de mis libretas, de mi caligrafía ilegible. Háblales de mis carcajadas exageradas, de los distintos registros de mi risa. Háblales de mis uñas descascarilladas. Háblales del color de mi pelo, de mis silencios, de las ilusiones muertas de mi infancia. Háblales de mi ropa de invierno, de mis personajes favoritos, de los abrazos y de mis "guíame que yo no me conozco Madrid". Diles que era una chica a que le gustaba reír. Diles que no me quería. Diles que fui la primera en desglosarte las miradas. Diles que apenas había vivido, que era joven. Diles que cambiaste mi vida. Diles todo, todo, todo lo que me gustaba de ti. Diles que abordaba la vida de un modo extraño. Cuéntales cuánto me odiaba. Háblales de mis heridas.

No.No les digas cuánto me gustaba provocarte bajo las sábanas. No les cuentes cómo te buscaba bajo el pantalón en las cafeterías de Gran Vía. No les cuentes cómo nos temblaban las piernas. Pronuncia en voz baja nuestras huidas. Limítate a recordar mi respiración descansando sobre tu hombro.

Que no se te olvide recordarles que te quise. Háblales de mí. Diles que hace tiempo fui la protagonista de algunos de tus viernes. Diles, por favor, que formé parte de tu vida. Diles que estuve en ella. Diles que podrían buscarme, encontrarme, mirarme y verte a ti en el fondo de mi mirada. Díselo.

Puedes decirles mi nombre pero, por favor, no te olvides de mí.

(yo no voy a mantener vivo todo aquello que fui. no sé quién pueda estar dispuesto a hacerlo, pero quiero que seas tú quien al menos un día pueda esconder el recuerdo).

5 comentarios:

  1. Joder, me siento hiper identificada, desgraciadamente.

    Eres genial.

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  2. Es genial. Tú eres genial.
    Es de lo mejor que he leído hasta ahora.

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  3. Echaba mucho de menos leer algo tuyo Rocío. Leer algo nuevo tuyo es increíble. Es recordar cosas. Es ver como has mejorado y sonreír. ES sentir.

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  4. Jo Rocío, tan genial como siempre, ya no solo con historias perfectas sino además con las palabras adecuadas para transmitir sentimientos. Ojalá algún día sea capaz de escribir algo que llene tanto. Felicidades.
    Un beso (y caramelos de colores)

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  5. Es tremendamente genial, sin palabras Rocío.
    Cuídate mucho.

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Tic tac. Déjame tantos segundos como quieras.