(todo hubiese sido diferente si nos hubiera pasado, todo aquello, en la azotea más alta de cualquier ciudad)


jueves, 2 de junio de 2011

Son precipitados, impacientes, dementes.



Los coches no son tan rápidos, no creas. Ayer conseguí arrancar el mío después de varios intentos. Hace poco que tengo el permiso y cada vez que pienso que tengo que circular con el sonido de otros motores, mis oídos se aturden antes de que el estruendo recorra los centímetros que me rodean. Tengo que respirar hondo varias veces antes de girar la llave en el contacto y tengo que esperar a que el entumecimiento de mis piernas desaparezca. Cuando el coche avanza cierro los ojos un segundo y medio, luego ya intento acostumbrarme al movimiento de las carrocerías que me ceden el paso. Y sólo cuando lo hacen cuatro veces seguidas yo consigo calmarme. Ella se ríe de mí cada vez que se sienta a mi lado en el coche. Yo en el momento me siento molesto, pero me encanta ver cómo se tapa la boca para amortiguar el sonido de sus carcajadas, así que dejo que se ría de mi torpeza frente al volante.
Cuando salí a la autopista lo que me daba miedo era cerrar los ojos, así que tampoco parpadeé mucho. Allí fuera, entre los carriles, el asfalto negro que lograba reflejarse en la lluvia de las nubes y las luces que daban vida al comienzo de la rutina, me tranquilicé y me atreví a acelerar. Ella llevaba la ventana abierta, tenía una sonrisa dibujada en la cara y el pelo se enredaba con las gotitas de lluvia que empezaban a colarse por las ventanas. Con el viento maquillándole la cara estaba preciosa, así que aceleré más y, tras un movimiento demasiado brusco, un ruido agudo en el interior del coche y un alarido a mi derecha, la velocidad se redujo a cero, yo cogí las nubes y la tormenta sin darme cuenta y me las clavé en los ojos. La voz se me apagó y frené los latidos que siete minutos después se fundieron bajo el metal.
Los coches no son tan rápidos, no creas. Son precipitados, impacientes, dementes. Sólo obedecen a las señales de la locura humana.

4 comentarios:

  1. Si supieras lo familiar que se me hace este texto...

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  2. "...yo cogí las nubes y la tormenta sin darme cuenta y me las clavé en los ojos. La voz se me apagó y frené los latidos que siete minutos después se fundieron bajo el metal."
    Ay Rocío me has matado... es genial u.u

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  3. cuantas ganas tenia de que abrieras esto, tenia una gran curiosidad por leerte por aqui, espero que subas pronto nuevas historias, te sigo desde ya :)

    un beso rocio! :)

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