(todo hubiese sido diferente si nos hubiera pasado, todo aquello, en la azotea más alta de cualquier ciudad)


martes, 14 de septiembre de 2010

Siempre me han gustado los trenes, Aidan.

Querido Aidan:


Ahora mismo estoy en el tren y, mientras veía el paisaje volar detrás de la ventanilla, me has venido a la cabeza. No sé si el color verde de las copas de los naranjos, la música que susurra en mis oídos o, simplemente el hecho de viajar en tren me ha recordado a ti. Te he visto hoy, e igual que ayer, en las páginas del libro que leo y, no, no te escribí. Será porque te tengo plantado frente a mis ojos, relatándome una historia que está a doscientas páginas de anunciarme un fin. No sabes cuánto me entristece saberlo. No lo sabes tú bien.

Como hace quince minutos que me mantengo despegada de las líneas me ha urgido la necesidad de escribirte. No sé qué contarte porque... porque yo sólo quería teclear algo y que lo leyeras más tarde. Pensarás que estoy loca, pero, además del que viaje se me está haciendo eterno y de que aún me quedan dos horas de larguísimo viaje, tengo manías muy extrañas. Como escribir cartas en los trenes. Escribir cartas en trenes sin nada importante que decir, con el único propósito de hacerte sufrir cuando encuentres un ratito libre entre tanto ajetreo. Espero que me lo perdones. Sólo espero que te amoldes a mis extrañas costumbres, porque si me deshago de ellas notaría una gran vacío. Esto me llena. Aunque... aunque si tú me lo pidieses...

Podría suplicarte que me entendieras y que me respondieras a lo largo de esta carta, hasta llegar a mi destino. Pero temo que me odies y tampoco quiero aburrirte. Estoy roja como un tomate, Aidan. ¿Y si el pasajero de atrás lee lo que escribo y se ríe en el silencio? ¿Será la primera vez que vea a alguien escribiendo cartas que no digan absolutamente nada? ¡Ya está bien! Dejaré de pensar en el pasajero porque, justo ahora, me acabo de acordar que tengo muchísimas cosas que contarte. Seré idiota. Tengo que decirte cómo te figuras en mi mente, porqué te me haces indispensable y porqué estoy tan loca. Loca de atar. Pero tendrás que esperar a la próxima carta. Mi canción favorita empieza a animar esta carrera sobre las vías, y quiero presenciarla viendo el paisaje deslizándose a mi alrededor.

Un beso muy fuerte de la chica que te escribe desde un tren.

PD: Puedes colarte en mi imaginación siempre que lo consideres. Estoy deseando saber más de ti.

2 comentarios:

  1. lindo lindo lindo!
    yo tengo un amigo qe hace muuuucho no veo
    pero cada mes o cada vez qe pasa algo importante le escribo una carta juju
    es tan lindo saber qe sigue sabiendo de mi despues de tanto tiempo de distancia n_n


    bessos!
    te espero en mi blog! n_n

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  2. ¿Sabes? Más de una vez he escrito una carta de estas con la esperanza de que en algún momento llegase a su destinatario. Lo más curioso es que nunca parecen hacerlo, y cuando el tiempo ha deshecho las palabras es cuando te das cuenta de que después de todo, la escribiste para ti.

    A propósito, me gusta cómo mueves las palabras ;)

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