(todo hubiese sido diferente si nos hubiera pasado, todo aquello, en la azotea más alta de cualquier ciudad)


martes, 4 de agosto de 2015

Mi primer viaje a Japón. Los dos primeros días.

¡Hola, hola! Sé que en su día, antes de irme, dije que haría un diario de viaje en el que os contaría lo que haríamos durante el viaje, curiosidades, cosas a tener en cuenta, etc. Mi propósito era hacerlo mientras estaba allí, pero lo cierto es que Japón se llevaba todo el tiempo, estábamos todo el día fuera y cuando pisaba el hotel lo único que podía hacer era dormir. Así que ahora que ya estoy de vuelta (lamentablemente) lo iré haciendo día a día, aunque sé que esto va a ser como echarle sal a las heridas, pues nunca un regreso me había dolido tanto. Y no sabéis bien hasta qué punto. No he hecho más que empezar esta entrada y ya estoy llorando. Pero bueno, allá vamos.

Junto los dos primeros días porque el día de llegada realmente no hicimos mucho, así que lo uno con el segundo, en el que lo dedicamos a descubrir un poco Ueno, la zona de Tokio en la que nos alojamos los siete primeros días.

最初の日. El primer día.


El primer día en Japón fue agotador. El avión salió de España a las 3 y media de la tarde. El primer vuelo hacia Dubai duró unas 7 horas. Allí, teníamos que esperar dos horas para coger el siguiente vuelo a Narita, pero en realidad, entre los controles y que la terminal estaba lejísimos, llegamos a la puerta de embarque justo a tiempo, pues a los dos minutos llegó el autobús que nos llevaría a nuestro avión. El segundo viaje es el más largo, dura unas 10 horas. Ahí yo ya estaba entusiasmada porque el menú estaba en japonés, había personas japonesas, azafatas japonesas, estaba un poco más cerca de Japón. De todas formas nos tocaron compañeros de viaje un poco extraños que no se levantaban nunca al baño y se dormían nada más empezar el vuelo y claro, si necesitábamos ir al baño, no podíamos. El segundo vuelo lo pasamos la mitad dormidos, por lo que no se nos hizo largo. Cuando en el mapa ya ponía que salíamos de la Península de Corea y y llegábamos a Japón, no dejé de mirar por la ventana. Al aterrizar, a eso de las 18:00 en Japón, se me encogió el corazón y se me aceleró el pulso. Por fin. Por fin mi sueño se había cumplido.







En Tokio llovía. Yo iba en pantalones cortos y me arrepentí durante unos minutos, pero al salir del avión nos golpeó un calor húmedo que me quitó todo el arrepintimiento de golpe.



Empezamos a caminar hacia la recogida de equipajes, que fue muy rápida y luego hacia inmigración. En el avión a los extranjeros nos daban unos documentos que teníamos que rellenar explicando los motivos del viaje, dónde te ibas a alojar, si llevabas objetos peligrosos, alcohol, la cantidad de dinero en efectivo aproximada... Eso lo entregabas en inmigración y te añadían el visado de 90 días, que es el período máximo que puedes estar en Japón como turista.




El aeropuerto de Narita está bastante lejos del centro de Tokio, por lo que hay varías formas de desplazarse al centro, la más útil y económica es el tren. Entre ellas el Narita Express y el Keisei Skyliner. Dependiendo de la zona en la que os alojéis, os convendrá más una u otra. A nosotros nos compensaba más coger el Keisei Skyliner, pues nos dejaba directamente en Ueno, justo donde nos alojábamos. Si cogíamos el Narita Express podíamos llegar, pero no pasa por Ueno por lo que tendríamos que parar en alguna estación que tuviera conexiones con la Yamanote-sen, 山手線, la línea Yamanote (una de las más importantes y más concurridas de Tokio, pues atraviesa zonas clave de la ciudad, nosotros la hemos usado mucho, os hablaré de ella), e ir hasta Ueno, lo que nos llevaría más tiempo y más dinero. El billete del Keisei Skykiner tiene un precio especial de 2.200 yenes para turistas, unos 16 euros por persona. No, no es barato. El tren en Japón no es barato. Os hablaré de ello más adelante, cuando os cuente qué líneas cogíamos y demás.



Nos subimos al tren y nos montamos. Pese a que ponía que iba a Ueno y pese a que era un Keisei Skyliner, seguíamos sin estar seguros. De hecho, en el tren, había un hombre chino que estaba en las mismas que nosotros y nos preguntaba en inglés todo el rato dónde bajábamos, cuánto quedaba. Cuando conseguimos sentarnos, enfrente teníamos a una pareja coreana. La chica hablaba chino y empezó a responder a las preguntas del hombre. Javi y yo sacamos un mapa para ver las líneas, pero era un mapa del metro, no incluía las línea del Skyliner. La pareja nos dijo que si podían echarle un vistazo al mapa para ubicarse. Finalmente nos apeamos todos en Ueno y nos separamos. Salimos de la estación, no sin antes coger publicidad gratuita y al salir, vimos unos neones (nada en comparación a todos los que se pueden ver en Tokio) y casi nos da algo.





Subimos hacia arriba y vimos Ueno en todo su esplendor y os juro que no me lo podía creer. Teníamos la dirección del hotel pero no sabíamos hacia dónde teníamos que ir. Cruzamos un paso de cebra en sentido opuesto hacia donde estaba el Parque Ueno, 上野公園, y cuando estabamos decididos a preguntarle a alguien, apareció un mapa en el que indicaba la ubicación de nuestro hotel. Fue muy fácil llegar. Al llegar al hotel el recepcionista empezó a hablarme en inglés, pero al responderle en japonés, el resto lo hizo en japonés. Pagamos la habitación y nos ofreció una cesta con cosas de aseo y cogimos esponjas con forma de oso panda y subimos a la habitación, en la quinta planta.

Nuestro hotel en Ueno fue Ueno First City Hotel, 上野ファーストシティホテル. Un hotel de tres estrellas muy bien ubicado, cerca de la estación de Okachimachi de la JR y de la estación Naka-okachimachi de metro, con conexiones a la Asakusa-sen, línea Asakusa de metro y la Ginza-sen, la línea de Ginza. Además la estación de JR, donde se pueden coger los trenes de la JR, validar los JR pass si salís de Tokio o donde se puede coger un Shinkansen (hay varios tipos) está a 7 minutos andando. El mercado de Ameyoko, アメ横, está al lado, así como Nakacho-dôri, 仲町通り. Akihabara, 秋葉原, la zona tecnológica de Japón (aunque si os gusta el anime y el manga, podréis encontrar muchas tiendas especializadas en ello), está a 10-15 minutos andando. Realmente desde la línea Hibiya de metro, Hibiya-sen o desde la Yamanote-sen desde la JR se puede llegar en poco tiempo, pero si queréis conocer un poco más la zona, os recomiendo ir andando (aunque es cierto que nos derretíamos de calor, en Japón el calor es infernal, ya me veréis quejarme de él).



Al llegar a la habitación, que era muy pequeña pero muy agradable y con vistas normales, nos duchamos, nos cambiamos de ropa y bajamos a dar una vuelta. Atravesamos Nakacho-dôri, un distrito nocturno con muchísimos restaurantes y algún que otro club de chicas. Solía ser un distrito rojo, pero hoy en día predominan los restaurantes. Fuera hay empleados en busca de clientes (cosa MUY HABITUAL EN JAPÓN). Como estábamos agotados, fuimos a un konbini, コンビニ. Los konbini son tiendas de conveniencia muy populares y están por todo Japón. Surgieron en Estados Unidos pero no llegó a Japón hasta que la cadena Ito-Yokado firmó un contrato de licencia con Southland, en el año 1974, año en el que se abrió el primer Seven-Eleven japonés. Tienen comida preparada, sushi en bandejitas, onigiris, helados, bebidas, artículos de papelería, ropa (camisas de trabajo, calcetines, ropa interior para alguna emergencia), aseo, prensa, chocolatinas, patatas... todo aquello que realmente podemos necesitar en el día a día. Son realmente convenientes porque para los desayunos es una opción estupenda, o para una emergencia en el que necesites un paraguas barato (500 yenes) o un par de calcetines, por ejemplo. Muchas cosas están muy bien de precio, sin embargo los precios son más elevados que en un supermercado. Hay muchas cadenas, Seven Eleven, Family Mart, Lawson, Circle K, Daily Yamazaki, New Days (sólo en las estaciones, pues la propietaria es JR, la compañía ferroviaria). La palabra konbini viene de la palabra convenience en inglés, concretamente de los convenience store. En japonés también se denominan así, コンビニエンスストア, konbiniensu sutoa, pero es bastante largo, así que realmente nadie las denomina de ese modo.
Nos compramos unos Cup Noddle, カップヌードル (ramen instantáneo) de Curry y los clásicos y unas esponjas de chocolate. El de curry estaba muy bueno, no tiene color con los de curry que venden aquí.


Ueno, 上野
Ueno, un restaurante de gyôzas justo al lado de nuestro hotel.
Ueno, 上野
Nakacho-dôri, 仲町通り

Nakacho-dôri, 仲町通り

Caímos rendidos pero Javi se despertó a las 4 de la mañana, y yo también, justo un ratito después.




Fotos desde la habitación del hotel.

2日目. Segundo día.



Nos despertamos tempranísimo. Bajamos a un Seven Eleven cercano y nos cogimos unos onigiris y unos sándwiches para desayunar. He de decir que el primer día no acerté. Sobre todo con el onigiri. No entendía el kanji del ingrediente principal y me cogí un onigiri de huevas. Con este tipo de cosas compruebas la importancia de los kanjis y las dificultades que conllevan. Pero bueno, en los siguientes presté más atención, busqué algún que otro kanji y no volví a cometer ese error. 

Empezó a llover, así que nos cogimos unos paraguas blancos (que más tarde tuvimos que abandonar en Hiroshima) y fuimos a pasear por el parque Ueno. Desayunamos allí bajo el paraguas y fuimos andando por los alrededores. Vimos el Daikokuten-do, 大黒天堂, la entrada al temblo Benten-do, 弁天堂, el cual está justo al lado. Pasamos al lado del famoso Zoo de Ueno、上野動物園 y finalmente llegamos otra vez al centro.  En este Parque está el Museo Nacional de Tokio, en el que podéis encontrar muchas de las obras de arte más importantes de Japón, al que me arrepiento mucho de no haber ido este año, pero no os preocupéis, la próxima vez no faltará.


Yendo al parque Ueno.
Parque Ueno, 上野公園.
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Templo Benten-do, 弁天堂

Daikokuten-do, 大黒天堂

Parque Ueno, 上野公園









Primero fuimos a Tsutaya. En un principio pensábamos que era una librería, pues en la primera visita vimos sólo la primera planta, pero tienen discos, artículos de papelería, audio, cedés... y a muy buen precio algunas cosas. Aquí me cogí la primera parte de «Crónica del pájaro que da cuerda al mundo» en japonés, de Haruki Murakami, mi libro favorito de él y uno de mis libros favoritos en el mundo. Aquí los libros de bolsillo son baratos, me costó 630 yenes, 4€. Los manga en estas tiendas rondan los 500-600 yenes, así que figuraos (hay algunos a 1000 yenes  y no muchos, pero vamos, en general son baratísimos). Aunque la mejor opción para comprar libros y cómics baratos es Book Off. Al lado del hotel teníamos uno, así que nos pasamos. Mis profesoras de japonés y mi profesor de arte japonés me hablaron de ella al ver que me gustaba tanto la literatura y demás. Me las imaginé más o menos como las tiendas de segunda mano de España. Nada que ver. Book Off es una librería de segunda mano súper famosa en Japón. Los libros están en perfecto estado y podéis encontrar verdaderas gangas. Cómics a 108 yenes, 70 céntimos. Si sabéis japonés o estáis aprendiendo, es ideal. También libros. Tenéis secciones en las que todo rondan los 100 yenes, luego podéis encontrar algunos por 200, 300 y para arriba. Pero yo me dejé la mayoría del dinero en estas tiendas. Tenéis películas, revistas, libros de idiomas, arte, cedés, videojuegos, libros infantiles, consolas, auriculares... Y a precios increíbles. Las películas están algo más caras, pero podéis encontrar cosas muy interesantes en la zona de 500 y 250 yenes  Ese día me cogí todo esto. Y fue el principio de todo. Cada vez que iba, volvía con las manos llenas.



Libros que me compré en Book Off y Tsutaya.


Fuimos a un konbini a comprar unas cuantas cosas y LACA. Veréis, la humedad en Japón es asfixiante. Y mi pelo lo notó. Como no soporté el flequillo al lado, lo volví a cortar recto. Pero necesitaba laca. Y la laca era tan fuerte que os juro que no se iba ni con dos lavados. De hecho, aún hoy todavía sigue sin irse.




Por la tarde seguimos y encontramos una juguetería, Yamashiroya, ヤマシロヤ. Tenía muchísimas plantas y conseguimos cosas a muy buen precio. Javi se hizo con un montón de cosas de Star Wars. No es una tienda especialmente barata, pero si se busca bien, se encuentran cosas a buen precio. 


Justo al lado está Ameyoko, アメ横, un mercado muy conocido en Ueno en el que, en sus orígenes, se vendían manzanas caramelizadas, de ahí su nombre, que es una abreviatura de 飴屋横丁, ameya yokochô «el callejón de las tiendas dulces». Se dice que ame derivó de su significado en japonés, «dulce», a una abreviatura de «americano», pues después de la Segunda Guerra Mundial, cuando Japón estaba bajo la Ocupación Americana y el Plan Dodge, un programa de extrema austeridad, en esta zona proliferó el mercado negro. Este mercado está bajo las vías de la Yamanote-sen y podéis encontrar casi de todo: ropa, souvenirs, cosméticos, comida, etc. Está al lado de la estación de metro Okachimachi y de un centro comercial similar al Corte Inglés de aquí, Matsuzakaya.
Cogimos muchos llaveritos y juguetitos de las maquinitas en las que metes una monedita y te sale juguete. En Japón hay miles de ellas. 


Ameyoko, Ueno. アメ横、上野
Ameyoko, Ueno. アメ横、上野



Comimos en un sitio de Ramen en un lugar cercano al hotel en el que la empleada me hablaba en inglés, japonés y se reía mucho. Al echarme agua tiré todos los hielos sobre mi cuenco y la mesa. 

No nos acostamos muy tarde porque estábamos agotados. 



He de decir que nos enamoramos de Ueno. Acabamos por conocernóslo muy bien y cuando volvimos los dos últimos días, nos rompió el corazón. Siempre va a ser el primer lugar que visitamos en Japón. El primer lugar en el que dormimos.



Sé que es una entrada muy larga, pero bueno, espero que os haya gustado. Os aseguro que yo sigo llorando.

Si os gustan las fotos, las tenéis en mi flickr, estas y las de otros sitios que visitamos, aunque aún me quedan muchas por subir.
¡Gracias por leerme!


4 comentarios:

  1. Hola Rocío, soy Leticia. Preciosa descripción de Ueno y preciosas las fotos. Eres una narradora extraordinaria. Espero con impaciencia la próxima entrada.

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  2. Ojalá ver el mundo como tú. Con esos tonos, esa ilusión.
    No sabes el gusto que da leer a alguien hablando con pasión sobre algo.

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  3. La idea es genial, y se aprende muchísimo al vivir más o menos lo que tú viviste, aunque sea a través de una pantalla.

    Ya tengo ganas de leer las demás. ^^

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  4. Me gustó mucho lo del reciclaje...madre mía que jaleo, yo recicló y me hago aún lío....las fotos geniales, cuánta luz, que bien lo describes, me encanta leerte

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